Soy descendiente
de los condenados,
enemigo acallado
en la penumbra
de tu corazón.
Destructor de penas
y dolores,
sembrados
en tu interior.
Tu amigo y aliado
el único que ha escuchado
los gritos de tu alma.
Doy socorro
a tus ruegos
abrigo a tu descuido.
Estoy pendiente de ti
aunque lejos me encuentre,
soy tu protector
no te dejare.
Veo en tus miedos
el reflejo
de tu ser interno.
Busco la manera
de guiarte,
de nuevo a la felicidad
pero es un arduo trabajo
Te miro a los ojos
y descubro
que soy tu
en una vida
anterior.
Soy tu condena
y sentencia,
ya todo tiene sentido
cuando te miro.
Todos tus actos
son la copia de los míos
ya nada es bizarro.
Puedo ver el mundo
sin sentirme
extraño.
He descubierto
cual es mi propósito
guiar tu camino.
Para lograr
que no seas
como este servidor
un condenado.
A vagar en este mundo
sin conseguir paz alguna
que sostenga mi alma.
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